A todos nos encanta recibir elogios por el gusto de interiores que tenemos. Sin embargo, al decorar las habitaciones y arreglar los muebles, los interioristas deben seguir una serie de pasos para crear el espacio ideal. A continuación, te contamos los 10 pasos que se llevan a cabo en este sentido.

1. Destreza para el diseño

Aunque en algunos casos puede resultar más que obvio, la realidad es que hay quienes nacen con un instinto para seleccionar todos los detalles, mientras que otros lo cultivan con el paso de los años. En este caso, siempre se toma en cuenta el color, los arreglos de espacio, los textiles y la arquitectura.

A pesar de que no siempre se necesita ser interiorista para tener la mejor calidad en decoración, sin duda, al tener destreza para el diseño, se puede observar una buena señal. Por lo tanto, los interioristas disfrutan su pasión, lo cual es el primer paso para tener éxito en su carrera.

2. Conectar con el cliente y ampliar la creatividad

Impulsar la personalidad del cliente y no imponer la suya propia en un diseño, quizá puede ser uno de los elementos más complicados a los que hay que hacerles frente a lo largo de su carrera. Puesto que hay algunos clientes que se encuentran familiarizados con la decoración de interiores, es recomendable que siempre seas propositivo y creativo; sin embargo, dicha creatividad debe ir de la mano con el cubrir las necesidades del cliente.

3. No todo es telas y elementos divertidos

Es cierto, los tejidos, los muebles y el color tiene mucho que ver a la hora de hacer lucir nuestro diseño de interiores. Sin embargo, se necesita de un buen diseñador para las tareas que pueden ser menos divertidos.

Por ejemplo, se necesita tomar en cuenta la historia del diseño, así como la integridad de la estructura del edificio, la ergonomía y muchos otros factores. Se necesita de muchas habilidades para trabajar con constructores, arquitectos, agencias del gobierno y propietarios

4. Se necesita de un portafolio

Puesto que una imagen tiende a decir más que mil palabras, el portafolio de interiorista es el mejor aliado que podemos tener. Se puede hablar todo el día acerca de colores y textiles; sin embargo, cuando no se tiene un portafolio para dar a conocer todos tus proyectos y diseños, puede que no tengas tanto éxito como esperabas.

5. Definir los precios

Una vez que ya conozcas cuáles son los servicios que vas a ofrecer, puedes empezar a estimar costos y colocar tus servicios y tarifas. A la hora de tomar en cuenta la estructura de precios, tienes que considerar el precio fijo, el costo por hora, el porcentaje de los costos de la construcción y el precio por el metraje.

6. Hacer Bocetos

Realizar un boceto no siempre es tarea fácil, pero tampoco es imposible. Existen distintos estilos y formas de dibujar, pero siempre se debe tratar que el boceto represente lo que deseas diseñar, pues el resultado será indiferente. Para ello, suelen llevarse a cabo con lápices de grafito, bocetos de acuarela, y bocetos a rotulador.

7. Renderizar

En otras palabras este es el proceso que ayuda a disfrutar de un dibujo realista para tu idea en cuanto al diseño de interiores. El renderizado proporciona imágenes y animaciones de apariencia realista cuyo objetivo es mostrarle al cliente el resultado final. Por ello, se puede tener un conocimiento más profundo de lo que implica el proyecto y conocer si el diseño será capaz de cumplir con las necesidades del cliente.

8. Proyecto de Ejecución

Cuando el presupuesto se ha definido y se ha cerrado, hay que empezar a hacer los planos que componen el proyecto que se llevará a cabo. En este punto, se plasman las ideas finales y que servirán de orientación para los trabajos que se harán en la obra.

El proyecto de ejecución debe encontrarse compuesto por toda clase de planos, como los de distribución y propuesta, techos, demoliciones, instalaciones, iluminación y todo lo necesario para que el proyecto se encuentre al detalle. Es en esta fase donde se concretan los acabados y los materiales con el cliente.

9. Ejecución del trabajo

Ya en este punto, será importante que se hayan reparado y hecho todos los trabajos para evitar cualquier clase de imprevistos. Para esta fase, el interiorista tiene que enfrentarse a todos los oficios, de manera que la obra no se alargue mucho. Hay que predestinar un tiempo solo para los remates de obra y desperfectos que puedan generarse.

10. Decoración

Una vez que la obra ha culminado, no debe olvidarse esta última fase, pues es la que da el broche de oro al trabajo que se ha realizado. En este momento, los interioristas han de escoger los últimos detalles y decoraciones que aportan un toque diferente, como la vegetación, los cuadros y los espejos, de manera que todo concuerde con la idea principal del proyecto. Si deseas conocer más al respecto, puedes visitar nuestra sección de servicios.

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